Recientemente vi una estadística donde indica que nuestra felicidad y longevidad están directamente relacionados con la cantidad y calidad de vínculos personales que tenemos, en otras palabras, cuán satisfechos estamos de nuestra participación en nuestras comunidades.
Y por nuestras comunidades me refiero a la familia, los compañeros de trabajo, los amigos del cole, los pescadores, entre muchas otras a las que pertenecemos. Pero ¿nuestras ciudades están diseñadas para conservar las múltiples comunidades? ¿Es posible que alguien que vive a 50 kilómetros de su lugar de trabajo o colegio, y con horarios fijos, pueda almorzar con un amigo o familiar de vez en cuando? ¿ Qué incentivos tiene el sistema para tener ciudades felices y plenas? ¿Qué estamos haciendo diferente para lograrlo?
Les comparto que hoy, hace un año, tomé la decisión de emprender este proyecto que tanto anhelaba. Dejando la comodidad de un buen salario y los privilegios de un puesto relevante en un gran corporativo. Y con ello descubrí cuán enamorado estaba de mi comunidad laboral anterior, pero también percibí, cuánto descuidaba el resto de mis comunidades por ello. Y con lo efímero de mi comunidad anterior, encontré cuáles eran relevantes para mi felicidad, conectar de manera mucho más profunda con mi familia y construir una nueva comunidad en EITHAREA, y es por ello que hoy me siento más feliz y pleno que nunca.
Con lo anterior, les pido de favor que reflexionen sobre su nivel de felicidad en relación a sus comunidades, que descubran cuáles mantienen en pausa, alejadas por miedo a un cambio o por que en el pasado fracasaron intentando ser parte de alguna de ellas. ¿Qué cambios se requieren en sus vidas, lugares, tiempos y actividades para que puedan formar parte de ellas? ¿Qué nos falta? ¿Cuándo despertaremos y actuaremos en consecuencia?
Aún me queda mucho por recorrer y crecer con mis comunidades actuales y aunque no son perfectas, estoy seguro que soy valorado como persona y miembro de las mismas, y doy por hecho que seguiré descubriendo nuevas de las que formaré parte.
Los últimos dos años han sido muy complicados, COVID-19 ha marcado un antes y un después en nuestra forma de vida, es por ello que considero no podemos dejar pasar un día más en buscar la felicidad y la de nuestros seres queridos, salir de nuestra zona de confort, romper paradigmas, proponer nuevos entornos, retos, reglas, proyectos, desarrollos y ciudades que fomenten la convivencia, sobre todo, la realización y el crecimiento de todos los miembros de su comunidad.
Todos los recursos materiales y trabajos pueden ser remplazados, pero el tiempo que no aprovechemos no lo podremos recuperar nunca.
En esta nueva familia de EITHAREA, tenemos el compromiso de fomentar lo antes mencionado en cada uno de los proyectos en los que participamos, y en este primer aniversario les invitamos a sumarse a dicho propósito a fin de construir un mejor mañana para todos.
No podemos dejar de mencionar el profundo agradecimiento a nuestros clientes y amigos por confiar en nosotros, trabajamos para seguir cumpliendo sus expectativas y, si es posible, incluso superarlas.
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